Nada más

Ojalá esos 10 minutos de más que te quedaste consintiéndome en la madrugada hubieran durado una eternidad, porque no hay nada más bonito que recibir tu cariño, así sea prestado. 

No hay nada más excitante que los dos tiempos de tu aliento tibio en mi sexo, o mis dedos zambulléndose lentamente en la masa espesa y negra de tu cabeza. No hay nada más divino que besarte los ojos antes de que los abras y entrelazar nuestras piernas en un intento por retrasar tu abandono. No hay nada más que quiera oír que tu voz débil desnudando todos mis secretos y yo, en un ridículo amague por seguir siendo fuerte, contándotelos todos. 

No quiero contar nada más que tus lunares, no quiero tocar nada más que tus curvas femeninas y frágiles, no quiero ver nada más que a ti bailando en el techo de la habitación porque fue en ese instante donde te conocí feliz, y así mismo, yo lo fui.

Comentarios