Flaqueando

Flaco, hoy me levanté con ganas de ver tu cabecita diminuta entre mis piernas. No había abierto los ojos y ya era consciente de que el día de hoy iba a querer morirme y que tú, tu lengua y tus dedos serían la distracción de la que tendría ganas hoy. 

Hazme olvidar esta vida desdichada, esta nacionalidad que me marca la frente como una bestia.
Flaco, abrázame antes de irte porque de ti me dejo querer. Porque no me asusta recibir tu cariño inocente.

Hoy quiero olvidar la desdicha de ser minoría en medio de esta secta de hijueputas. 
Estoy aburrida de perder, de seguir luchando y de que nos sigan matando.
Qué desdicha, qué injusticia, qué pobreza, qué soledad.

Comentarios