Morir en baños de bares. Morir en baños de bares con el corazón a mil, con la piel sudada, con lucesitas intermitentes en los ojos, con música de fondo, con ardor en la nariz, con la esperanza de una noche más, con la cara palpitando, con escalofríos, deshidratada, encerrada, malviajada. Morir en bares para conseguir inspiración porque apenas es la una.
Mira que sabes querer bonito pero no me sabes querer como me gusta. A mí me gusta que me quieran con rudeza, con seguridad, con admiración, con pasión adolescente pero sin dramas porque esos quedan reservados en exclusividad para mí. Me gusta que me quieran con perversión, experimentando, sin miedo. Me gusta querer con la libertad de la soltería pero de amor enceguecidos. Me gusta que me quieran con miradas, que me quieran bailando, que al final del día siempre vuelvan a mí. No me gusta sentirme indispensable pero sí necesaria.
Me gusta que me quieran en las noches en que soy menos, y que cuando quiera morir no traten de detenerme. Que cuando quiera caer se lancen conmigo o sostengan la larga cuerda que me ata. Que me busquen en los baños de los bares parar hacerme el amor ahí, no para tratar de sacarme.
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