El amor de una amistad es tan raro que no te das cuenta que lo sentiste hasta cuando ya se ha ido. Te pega de frente y te hace sentir que ese amigo invade tu tiempo, tu intimidad, tu puta vida. De repente sientes que estas pasando demasiado tiempo con él y te hace falta fumar sola y dormir sola y comer sola y quieres que se vaya pero no encuentras las palabras para no herirle. Pero una vez se va te deja un vacío inmenso, una silla desocupada a tu lado, una noche de fuma sin historias divertidas que contar, con silencio, sin risas, sin diversión. Y miras hacia atrás y te arrepientes de todas las veces que te dejaste llevar por tus defectos y lo hiciste sentir mal, te arrepientes de las malas caras que le hiciste, de los desplantes. La amistad es el amor más raro que existe ¿por qué habría alguien de aguantarse todas tus cagadas y seguir ahí? ¿por qué habrían de contarse las cosas, de escuchar cada detalle insignificante que tienen por decir cada uno? ¿por qué te alegra que le pasen cosas buenas? ¿por qué dejas que otro tenga la potestad para opinar de tu vida? ¿por qué? Porque lo quieres.
Son un fastidio mis amigos, llegaron para enseñarme por fin lo que es la amistad y no me dí cuenta hasta que un día se fueron lejos. No lloramos, no nos dijimos cosas lindas porque ninguno nunca pensó que nos íbamos a extrañar y a querer de esta manera tan absurda. La amistad nos golpeó el cara durísimo, nos dejó moretones y ni siquiera nos dimos cuenta. La distancia es un espejo en donde cada uno pudo ver que algo le faltaba.
Los amo por enseñarme esto que tanto quise conocer un día, perdón por ser una piroba tantas veces, lo amo, los extraño y les agradezco por este último año tan feliz que me hicieron pasar. Sin duda, en mi vida, hay un antes y después de ustedes, la partieron en dos.
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