Los provincianos llegamos tarde a todo. Llegamos tarde a los vicios, a la madurez y a la conciencia social. Pero yo, aparte ser provinciana, crecí en una burbuja, por lo tanto, estoy viviendo una segunda pubertad. Sí señores, la etapa mas hija de puta, incómoda y deplorable del ser humano, después de la vejez, es el exceso de juventud. Es un caudal fuerte de pensamientos, es el acelere y el capricho, el afán de hablar, de contar y de querer arreglarlo todo, el miedo y el disfrute de la soledad. Nunca para. Los mismos dilemas y los mismos vicios.
Los vicios
La gente de la provincia está alejada del negocio de las drogas, aunque atrás del patio de su casa cultiven marihuana, aunque su papá haya sido adicto al perico, aunque hayan visto a un conocido perderse en el bazuco y vivir en la calle. Aquí el que prueba es adicto y el que es adicto es marginado, es mala influencia y está en boca de todas las tías sentadas en mecedoras de mimbre en la terraza de la casa. Aquí es todo o nada. Aquí puedes beber todo el alcohol que quieras, amanecer en un andén, pegarle a tu mujer, vivir de parranda en parranda sin estar un segundo sobrio, pero ni te atrevas a fumar de la verde porque eres un degenerado. Llegamos tarde a los vicios si nos atrevemos a sacar la cabeza y a comparar con otras ciudades, si te haces amigo de alguien que se atrevió, o si un día te levantaste a tomar la decisión.
La madurez
Tu familia tiene que ser una chimba para que te hayan inculcado el "no me importa lo que digan los demás", pero si eres del 80% que le metieron en la cabeza el "dime con quién andas y te diré quién eres" entonces vivirás el resto de tu vida pendiente de si nosequiencita se casó, si perenganita tuvo un hijo, ¡sutanita cómo esta de gorda! y ¿ya supiste que a mijitica le pusieron los cachos? Cualquier círculo social antes vivido, nunca podrá ser disuadido, es decir: el colegio, 10 años después, aún importa; la universidad, 5 años después, aún importa. Esto, señores es vivir en la provincia, bienvenidos.
La conciencia social
Acá ser la novia, esposa o incluso amante del paraco, del político corrupto y el testaferro da estatus. Emparentar con las peores ratas de la sociedad sube el nivel de vida. Que metan a tu familiar a la cárcel por haber desfalcado por décadas al departamento desata el apoyo incondicional de la alta sociedad. La bonanza sospechosa pasa a ser bonanza merecida y motivo inmediato para ganar amistades "incondicionales". El ganadero por encima del jornalero. El jefe por encima del trabajador. El médico por encima del enfermero. El centro comercial por encima de la vereda. El hombre por encima de la mujer. La calle sin pavimentar pero un Volvo pasando por encima. La casa de madera pero el último televisor dentro de ella. El niño jugando en la calle desnudo y el papá jugando billar. La violencia de género es lío de faldas.
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