No soy yo


Hoy volví a romper un corazón. Últimamente me dedico solo a eso pero, ¿qué puedo hacer?, ser honesto con uno mismo no es lo más fácil del mundo. Quizá mentirnos, meternos a la cama de alguien que nos hace sentir medio bien o, incluso, escucharle sus cursilerías es mucho más fácil que ponerle un alto a todo, pensar y darte cuenta que estás completamente feliz estando sola.

No, no se merece esto. Han pasado suficientes cosas desafortunadas, y las que están por venir, en su vida como para hacerle esto.

Tal vez él es una prueba de la vida para asegurarse que dejé de ser la mujer conformista, elemental y seria que una vez fui. La vida me prueba para saber si cometeré los mismos errores, si voy a seguir siendo feliz con el recuerdo del sabor de una felicidad pasada. La vida quiere saber si perdoné o decidí buscar venganza transmutada. Él es un prototipo pasado con vestigios de presente para confundirme, lo sé.

El deslumbramiento nunca será una buena base para nada ¿Que no ves que estoy muerta ya?, que mi decisión fue morirme y convertirme en un intento de Maria del Carmen, la mamá de todos los personajes dentro de este cuerpo fatal. Aléjate, eres muy bueno y mi bienestar es el polo equivocado. Perdón, perdón. Perdón que en menos de un año ya me ha tocado pedirle a 4 hombres. Perdón, el más grande.

No estoy enterrando puñales, solo soplando pequeñas púas por una cervatana que le adormecen la piel y lo envenenan poco a poco. Es un daño pequeño pero constante que hoy estalló y lo maté. Pero era mejor matarlo que dejarlo vivir de una mentira. Él luchó por su vida pero mi convicción fue mayor.

Yo sé que él no me quiere, que todas esas palabras se van a borrar al llegar a su casa a curarse las heridas. Nunca nadie lo había herido así, tan sutilmente, tan elegantemente, herido de muerte sin que se diera cuenta. Él es un simple tema de conversación para romper la monotonía durante dos semanas. Él es el alquitrán de mis pulmones.

No soy el mar, soy una oleada fuerte con un viento detrás que la empuja. ¿Es que no te das cuenta? No importa, los inexpertos confían de más cuando estan entrando por primera vez al mar y por eso se ahogan. Lo ven bello, grande, majestuoso, se dejan asombrar y cuando ya están dentro, luego de miles de señales de su impetuosidad, la ola les enseña qué es el mar en verdad. Y entonces el inexperto aprende y sigue adorando al mar, o simplemente se ahoga.

No soy yo, entiéndelo. No me confundas porque siempre he sabido que no soy yo y, esta vez, tu eres el protagonista. 

Toma esa cena como compensación por las ilusiones caídas.

Tu sabes que no soy yo.

Comentarios