Chin chin ¡Salud!


Hoy brindo y prendo un cigarro a la salud de esos "amores" de una noche, que llegan a tu vida y te distraen 5 minutos en un bar con una cerveza inesperada, un beso mediocre y, a veces, una buena charla.


Nadie se imagina una vida con estos personajes pero uno se deja distraer, deja que sean parte de esa noche. Y es que, ¿por qué no? Todos necesitamos un tema de conversación para el almuerzo del lunes con las amigas.

Brindo por ese que me miraba embelesado y me escuchaba con atención. El mismo que se decepcionó al veme besar a su amigo en medio de la pista de baile. Me fumo un plan largo porque me lo encontré 3 meses después en ese mismo lugar donde nos conocimos por vez primera y, aunque el contacto visual hizo mover el mundo, el destino no nos permitió hablarnos. Volveré cada mes a ese lugar con la esperanza de encontrarnos.

Segunda cerveza
Esta va por el desconocido probablemente gay que simplemente sintió ganas de besarme y yo simplemente me dejé, y por la fea que no pudo contener las ganas de bailar y besar y tocarme , y por el estúpido que viéndonos desde la barra esperó paciente a que la muchacha se fuera y vino por lo suyo.

Me siento lenta. Esta vez voy a brindar por el inexperto en su primera fiesta gitana, que sentía que se le explotaba el cerebro cada vez que yo movía los hombros y la cintura ondeando con mis manos aquella falda al son de la electrocumbia y los cantos africanos. Brindo por si valentía al pedirme el número y por el fracaso de nunca haber podido dárselo.

Brindo por las miradas fijas cuando bailo, por todos los que me han preguntado "No eres de aquí ¿verdad?", por las miles de parejas de baile que se me acercan a cumplir su sueño aunque sepan que no van a dar la talla, por mi altivez y por esa mirada que les lanzo que dice "mírame todo lo que quieras porque no vas a poder tenerme", por los tragos y los porros gratis, por los litros de sudor que he dejado en la pista de baile, por la gente nueva, por los abrazos de hermandad en medio de la inconsciencia, por mi lugar feliz.

... Y también brindo por ti, Otoño, porque que más quisiera que no meterte en esta lista, que hubieras sido mucho más que un beso de borrachera. Supongo que estamos en el lugar que debemos estar y en la situación políticamente correcta ¡Salud!

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