Recuerdo perfecto ese día cuando lo vi, cabello negro, barba descuidada, indescifrables tatuajes a lo largo de su brazo derecho y su mano sosteniendo una cámara fotográfica... Cómo le lucía.
Me perdí tantas palabras de el orador sólo para voltear a verlo cada tanto, sin importar si se daba cuenta o no, a esas alturas de mi vida poco era lo que podía importar.
No podía creer que había encontrado otro así, otro mejor... Y que estuvieran en la misma sala.
Ese día él y yo teníamos algo en común: No eramos comunes. No exagero al decir que cada uno acaparó muchas miradas por su cuenta. Me fascinó.
Justo hoy cuando creí que había olvidado su existencia o que incluso algunas cosas que supe de él habían hecho que perdiera esa chispa que un día me deslumbró, encontré algo de su autoría, algo que parece escrito por mí. Podría contar una historia muy parecida, quizá igual de fatal o peor.
Sin saberlo compañeros de apariencia, de hobbys, de experiencias o mas bien de desgracias, casi compañeros de clase, casi amigos, casi algo más, casi otra interesante historia fatal.
¿Cómo hubiera sido conocerlo y poder escribir más de él que estas pobres lineas basadas en lo que vi un par de veces? Sé que eres más que esto.
En mis lecturas estarás, tú y tus crónicas.
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