Recuérdenme


Al lado de las cucarachas y los espacios con mucha gente hablando, se ha sumado a mi lista de fobias el olvido. 

Tengo un temor constante a ser olvidada, a no dejar huella entre los que me conocen, a no sobresalir siquiera un poquito por mis talentos, a que cuando la gente quiera recordarme solo vea un cuerpo femenino con cara de signo de interrogación. Que me recuerden por malo o por bueno ¡Pero que me recuerden!

La idea de ser un fantasma en la mente y en la vida de las personas que han tenido trato conmigo, simplemente me aterra. Pero eso no quiere decir que mis comportamientos solo sean para llamar la atención, no, generalmente no lo son.
Simplemente mi personalidad no merece quedar como una incógnita en los recuerdos de la gente. No merezco ser olvidada por mis ex parejas estables, por mis ex parejas fugaces, por mis ex amigos y mis amigos actuales. Saber que esporádicamente aparezco en sus flashbacks haciéndolos reír, enojarse, sonreír o gemir me produce una gran satisfacción y cuando son capaces de confesármelo, se siente aún mejor.

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