Así la tildan la mayoría de los que la ven pasar. Ella que lleva en sus “Convers” de colores ácidos una historia de película. Apuesto a que por su cabello han pasado mil colores, muchos más de los 3 que tiene ahora; que su cara ha pasado por miles de transformaciones gracias a el excesivo maquillaje que usa; que su boca ha tocado labiales exóticos pero también tabacos de diferentes sustancias, de esos que se ve que a ella le encantan, además de otras bocas de sexos diversos; que a su cuerpo lo han tapado gran variedad de prendas, o mejor dicho, destapado; y que sus pies han probado desde esos “Convers” que hoy usa hasta tacones así de escandalosos como ella lo es.
Ella que camina con su frente en alto, como orgullosa de toda su historia, que me atrevería a decir que es muy larga pese a su corta edad; ella que mira a todos con picardía, con ese sarcasmo que tiene en su mirada que al recibir los rechazos de otras es capaz de transmitirles un “No me importa lo que pienses”. Y es así, no hay mejor encarnación para esa frase que ella misma; ella con todo y el sin numero de críticas que lleva a diario, es la sensación. Y le gusta, le encanta, aunque lo niegue ella ama ser el centro de atención, en el fondo por eso hace todo lo que hace.
Conoce a todo el mundo y todo el mundo la conoce a ella porque ha recorrido tantos caminos buscando el indicado, ese que aun no ha encontrado y ni siquiera le importa. En realidad me pregunto: “¿Qué es lo que a ella le importa?”. Ella puede dejarlo todo un día y comenzar algo abismalmente diferente al otro y adaptarse porque esa es su gran capacidad, ser como un camaleón, adaptándose a nuevas ciudades, nuevos amigos, nuevos estilos, nuevas carreras y también nuevas críticas y nuevos señalamientos.
Tiene claro cuál es su pasión, tiene un estilo definido que solo es de ella, un collage entre “vintage” y modernidad; entre rock clásico latinoamericano y la época noventera de los excesivos músicos anglosajones que llevaban todo al límite de la muerte; bohemia me atrevería a decir, atrevida e irreverente, revolucionaria y nómada; así es “la loca”. A la que me muero por conocer.
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