Piloto automático

Me temo que he perdido el talento que alguna vez pensé que tenía.  Aprovecho este instante breve para hacer el último intento de rescatarme con mis letras. Cada vez que me leo, como en un espejo, no me gusta lo que veo. Se ha desvanecido mi capacidad de sentir lo que pasa a mi alrededor. Mi creatividad ha sido esclavizada por mis enfermedades mentales mediante químicos que, he aprendido a creer, me hacen sentir mejor.

Ya no escribo porque me da miedo ver el reflejo de mi propia ineptitud. Tampoco hablo porque, cuando lo hago, no me siento identificada con mis propias palabras,  no me encuentro en mis anécdotas y critico mis posiciones. Tampoco me siento cómoda con la gente a mi alrededor. No me creo las cosas bonitas que dicen de mí y las cosas malas ahora tienen la capacidad de herirme profundamente. Estoy en un vaivén de antifaces que sonríen y que lloran. Envuelta en un torrente de pensamientos de amor propio y de humillación, de un repentino amor y un olvido desolador. De querer volver al pasado frente a la ignorancia el futuro y el pesimismo que me inunda, tanto, hasta rebosar y derretirme en soledad. Quiero deshacerme de los amigos que un día creí que serían eternos porque ya no me reconozco.

Tengo afán por querer vivir, cada día es una oportunidad más que me doy y cada noche es una decepción. Quisiera tener proyectos bonitos que compartir con los demás, planes que algún día se harán realidad pero no hay nada, solo hay sueños negros y ganas de indulgencia. Quiero irme lejos de esta tierra y lejos de todo lo conocido para hacer amistades que pueda volver a considerar como mías, gente que no espere nada de mí y a la que nunca haya decepcionado. Quiero ver cosas que jamás haya visto pero me siento envuelta en un halo gris ya no de tristeza sino de nada, un sentimiento plano que no me deja caer ni tampoco levantarme, una fuerza de supervivencia sin motivación, una fuerza nula.

Toma la pastilla y activa el piloto automático porque es la única forma de soportar el haber nacido para venir al mundo a pagar deudas. Levántate, come sano, llega temprano, has lo que debes hacer, recibe tu paga, trata de distraerte inútilmente leyendo un libro o enamorándote y vuelve a empezar.

Comentarios