Día D


Hoy es el día para el cuál estuve preparándome toda mi vida. De quiénes siempre me escondí, hoy miran mi cara. A quiénes siempre les mentí, hoy saben la verdad. Fue exactamente como lo imaginé en mis peores pesadillas. La gente llorando, los silencios incómodos, las miradas que te roban un poquito de vitalidad. Mi existencia les preocupa, quieren salvarme y yo no necesito que me salven, al menos no ellos. Quieren verme al borde del abismo porque ahí creen que estoy, quieren que acepte estar ahí, tan vehementemente, que ya lo están logrando. Me empujaron tan fuerte, que llegué estar exactamente donde querían que estuviera. 

Este amor familiar es tan enfermizo que me está matando. "Familia es familia", dicen ¿qué es familia? ¿qué es? El amor familiar que yo conozco es un amor tóxico, un amor que te obliga, que no te deja ser, un amor con miles de condiciones. Si te conviertes en el problema lo mejor será que te alejes porque eres una enfermedad viral, que se expande rápido y llega a los oídos de los conocidos y nadie quiere llegar a sus lenguas porque ¡qué pena! ¿qué irán a decir? 

El pecho me palpitaba, me ardía el estómago, las venas se me encogieron. Estaba pariendo mi libertad en parto natural. Estoy atrapada en una ciudad que odio, con gente que no me interesa tener cerca, con gente que me dice que me aleje de las únicas personas que me han aceptado como soy, que me aleje de las personas con las que conocí eso que se llama hermandad, que me aleje porque la homosexualidad trae drogadicción, comunismo, ateísmo.

Yo no soy una víctima. Yo no soy la influenciable. No soy a la que le ofrecen drogas. Yo soy la que las carga, soy la que invita, soy la que compra. Yo soy la victimaria esta vez. Nunca nadie me ofreció nada. Yo solita fui. Yo solita quise. Yo solita conseguí. Soy así por decisión, por curiosidad, por convicción. Aprendí a pararme firme por lo que creo y hoy me paro a defender el consumo responsable, aunque ustedes se rían en mi cara al escuchar esa expresión. Me paro firme porque me gustan las drogas. Me paro firme porque soy una persona productiva para la sociedad, pero que también le gusta explorarse. Me paro firme porque soy diferente a ustedes y porque nunca más me van a volver a humillar por eso.

"Lo sabemos todo", dijo ¿Todo? ¿qué es todo? ¿todo? No sabes nada, querido. No me conoces. No tienes idea de lo que es vivir debajo de este pellejo. Seguramente no es más difícil que vivir debajo del tuyo, pero no se trata del nivel de dificultad sino de la diferencia abismal. Te presentas frente a mí a ofrecerme tu a ayuda a cambio del derecho a juzgarme, a cambio del derecho a decir que ver una foto mía es un momento desagradable para ti. Que ¿qué son esas perforaciones? ¿qué es esa manera de vestir? ¿qué son esos tatuajes? ¿qué s... Son algo que tú no entiendes, que no vas a entender, que no me interesa que entiendas ¿Acaso tengo 15 años? ¿acaso eres mi padre? Mi padre. Mi padre me hubiera mandado a la mierda porque no tenia nada con que amenazarme, no podía desheredarme porque no tenia donde caerse muerto. O, quizá, me hubiera entendido mejor que nadie porque él sí estuvo aquí donde yo estoy. Mi padre. Cada vez me parezco más a él. Más problemática, más errática, más experimental, más inútil, más libre.

Cuando tienes 60 años se te olvida que una vez tuviste 24. Entonces se empieza a ver a los de 24 como personas de 14 porque ya no entiendes la diferencia. Cuando tienes 60 años ya no tienes pasado y no puedes entender la juventud. Cuando tienes 60 años, crees que estás por encima del bien y del mal y cualquier intento de racionalidad que veas en la juventud te da risa porque tienes experiencia, pero la experiencia no es necesariamente sabiduría. No porque vivas más eres más inteligente. Los viejos no pueden ver a un joven orgulloso de su juventud porque eso ya es sinónimo de insensatez. Por eso, que el universo me libre de llegar a los 60, porque no quiero nunca olvidarme de cómo me siento hoy, no quiero olvidarme nunca de lo que se siente tener 24 y querer seguir siendo estudiante toda la vida, y querer escribir un libro, querer entrar a una banda, querer ser cineasta, filósofo, antropólogo y bailarín a la vez.

Hoy es mi primer día de adultez real, es mi primer día de libertad. Y la libertad es rica hasta cuando te das cuenta de que está casada con la responsabilidad. Resulta que te toca trabajar y sentir que te ahogas todos los días porque tienes deudas, y porque no tienes un techo propio donde vivir. Ya no hay nadie que te cuide ni que se compadezca de ti, pasó que creciste y no llegaste a ser lo que ellos querían. Si lo hubieran sabido, seguro te abortan. Pero está bien, tranquilo, éste es su castigo por perjudicarte con el "don" de la existencia. 

Hoy puedo escoger si irme, si quedarme, si trabajar, si estudiar, si cambiar o seguir, si irme a viajar por el mundo. Ya no tengo nada que me ate. Cuando eres la decepción de la familia el universo te premia con la libertad de escoger tu propia vida. Lo que sea que elijas te va a hacer llorar lágrimas de sangre, pero va a ser tu decisión, al fin y al cabo. Nadie te obligó, a nadie tienes que rendirle cuentas. Eres solo tú contra el mundo.

También puedes escoger si vivir o morir. Ahora que ya no eres su problema ¿qué importa si te matas? Al final, las lágrimas de tu mamá y tu abuela era lo único que te mantenía viva. Ahora, simplemente están pagando su cuota de llanto por adelantado. Mátate, mátate, mátate, mátate.

Trataron de hacerme ir a rehabilitación y yo dije "sí, sí sí". Las crisis acrecentan mi proceso creativo y yo quiero escribir lo más que pueda antes de morirme. Quiero escribir cartas desde el abismo. Quiero saber qué demonios me voy a encontrar ahí dentro, quiero estar rodeada de ellos, quiero empaparme de sus historias. Quiero saber qué se siente ver el mundo real después de haber estado en la surrealidad. Quiero saber qué cara va a poner la gente cuando les diga que estuve ahí. 

Ya fui María del Carmen, desde hoy me toca ser Ricardito "el miserable".


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