La tarde olía a cigarrillos, a lágrimas frescas, a hojas secas, a secretos revelados, a libertad perdida, a nube lejana, a viento mojado y yo estaba tirada ahí con mis olorcitos derretidos en medio de la tristeza. No sabía si hablar y superar o callar y morir como un rockstar. Y le había dicho a ella que me quería matar, todavía faltaba decirle que era drogadicta. Lo peor ya había pasado, lo terrible estaba por venir.
- O mato a alguien o me mato yo, pero de que mato, mato.
- Paradójicamente los momentos más felices de tu vida son en los cuales yo he estado más cerca de suicidarme.
- Estoy demasiado rota, incluso para permitir que alguien me arregle.
-La vida adulta lo único que me ha traído son enfermedades mentales
- Soy un ser incapaz de responder al amor que otros me profesan.
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